Hoy hice un viaje turístico en un autoferro (una mezcla de tren con autobús escolar) desde Tambillo al Boliche; el carro totalmente destartalado sobre una linea férrea oxidada y las estaciones destruidas; en medio de un servicio pésimo; todo esto a cargo del Estado Ecuatoriano.
Como es característico en este país la capacidad del tren estaba sobre vendida; y cuando se reclamó; el burócrata de turno nos dijo "Es que vinieron 20 personas a última hora y yo no les quería vender pero...". Luego otro nos dijo es "su culpa que les toque ir amontonados". Una experiencia que no la repetiré y que tampoco la recomendaría a nadie.
El Estado mato de a poco al tren a lo largo de años de ineficiencia, falta de inversión y dejadez. Personalmente me parece un medio espectacular de transporte, tuve la oportunidad de viajar por Europa por tren, una experiencia inolvidable. La exactitud de las partidas y los arribos, las estaciones limpias y funcionales; la comodidad de los asientos, los paisajes.
Ahora desde el gobierno se piensa rehabilitar el tren. Para pensar en reactivarlo se debería hacer un estudio profundo de la factibilidad y conveniencia de rehabilitar el ferrocarril; ciertos tramos lastimosamente no serían rentables; otros serían simplemente rutas turísticas y no por la nostalgia vamos a botar la plata y luego terminar destruyendo por segunda vez el ferrocarril
La propuesta se debe pensar bien. Me inclino por soñar en trenes ultra rápidos que conecten poblaciones cercanas como por ejemplo Machachi, Sangolquí, Cayambe hacia Quito. Le veo difícil tener tener trenes que crucen todo el país debido en gran parte a la agreste geografía. Pero en fin del paseo de fin de semana me quedo por el momento solo con los espectaculares paisajes.
Como es característico en este país la capacidad del tren estaba sobre vendida; y cuando se reclamó; el burócrata de turno nos dijo "Es que vinieron 20 personas a última hora y yo no les quería vender pero...". Luego otro nos dijo es "su culpa que les toque ir amontonados". Una experiencia que no la repetiré y que tampoco la recomendaría a nadie.
El Estado mato de a poco al tren a lo largo de años de ineficiencia, falta de inversión y dejadez. Personalmente me parece un medio espectacular de transporte, tuve la oportunidad de viajar por Europa por tren, una experiencia inolvidable. La exactitud de las partidas y los arribos, las estaciones limpias y funcionales; la comodidad de los asientos, los paisajes.
Ahora desde el gobierno se piensa rehabilitar el tren. Para pensar en reactivarlo se debería hacer un estudio profundo de la factibilidad y conveniencia de rehabilitar el ferrocarril; ciertos tramos lastimosamente no serían rentables; otros serían simplemente rutas turísticas y no por la nostalgia vamos a botar la plata y luego terminar destruyendo por segunda vez el ferrocarril
La propuesta se debe pensar bien. Me inclino por soñar en trenes ultra rápidos que conecten poblaciones cercanas como por ejemplo Machachi, Sangolquí, Cayambe hacia Quito. Le veo difícil tener tener trenes que crucen todo el país debido en gran parte a la agreste geografía. Pero en fin del paseo de fin de semana me quedo por el momento solo con los espectaculares paisajes.
Libertario
ResponderEliminarVamos los trenes. Te debía una visita desde que pasaste por el Blog de BBC Mundo y me gusta mucho entonces dejar un comentario en un tema que se ve nos es afín. Ojalá Ecuador tenga algún día un buen sistema ferroviario, a mí ya me está cansando viajar por autobús a través del Cajas cada vez que voy de Guayaquil a Cuenca.
Si sería perfecto gozar de una transportación digna, y me imagino lo mal que la debes pasar cada vez que realizas ese trayecto; el sistema de transporte en todo el Ecuador es precario a veces hasta humillante.
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ResponderEliminarEn realidad el tren ecuatoriano se ha convertido en un pésimo compendio de chatarras, completamente infuncionales, y que han servido para los "brillantes proyectos" que se les ocurre a los políticos a cargo del gobierno de turno.
ResponderEliminarEstos "brillantes proyectos" han venido saliendo desde los años noventa. Se habló de las megaautopistas de ochocientos carriles que comunicaran quito con guayaquil, cuanca con quito, etc; se habló de la rehabilitación de un supertren que sea lo máximo de lo máximo, etc; y hasta el día de hoy no se ha movido ni un milímetro en ninguno de esos ámbitos.
Creo que es hora para los gobiernos, de ser honestos y dejar de proponer pendejadas que ya nadie les cree que se van a cumplir.