martes, 11 de agosto de 2009

Revoluciones

Esta semana visité el museo del Bicentenario que tenía una por un lado una exposición de la Revolución Francesa y otra de la Revolución Quiteña: el primer grito de independencia. Algo que me llamo la atención fue la mención en repetidas ocasiones del liberalismo como la ideología base para las revoluciones que derivaron en la independencia de las colonias americanas.

Mencionaron a John Locke (vida, libertad y propiedad) y Montesquieu (separación de poderes), ambos pensadores preocupados por limitar el poder político. Que dirá el Amado Líder al respecto, con eso de que el cuco del "neoliberalismo" es el culpable de nuestros males.

Revolución Francesa, Revolución Americana
En el imaginario colectivo la Revolución Francesa fue algo realmente positivo cuando realmente es algo tan complejo y ambiguo que sería preferible no tomarlo como ejemplo. Las herencias de aquella gesta, tan arraigadas en nuestras propias revoluciones, fueron: la exaltación al Dios Estado, el burocratismo centralista, la conscripción, la progresividad impositiva, el igualitarismo a ultranza, el control de la prensa, los controles de precios, la emisión descontrolada del dinero además de toda la sangre derramada.

Que positivo hubiera sido heredar aspectos de la Revolución Americana: Limitación del poder político, defensa de la propiedad, libertad y la vida, igualdad ante la ley, seguridad jurídica Anecdótico resulta saber que el propio Simón Bolívar fue víctima de la inseguridad jurídica en la novel Gran Colombia.

La Revolución Americana logró mantener unidas a sus 13 colonias originales mientras al sur del continente las colonias españolas se despedazaban en varias repúblicas. EEUU se catapultaban al progreso gracias a la libertad económica mientras en el sur el modelo mercantilista estatista que perdura hasta el día de hoy no se topó.

Las causas de la revoluciones latinoamericanas están totalmente justificadas, lastimosamente los resultados fueron muy limitados. Hemos ido de tumbo en tumbo eligiendo cuanto caudillo populista se ha presentado a elecciones y soportando a milicos enemigos de la libertad cada vez que quisieron acceder al poder.
En realidad nunca dejamos el modelo impuesto por los españoles y los Incas no eran tampoco amigos de la libertad, razón por la cual el estatismo mercantilista esta profundamente arraigado en el país. Una verdadera segunda independencia sería para derrotar a ese modelo.
Desde mi punto de vista más que festejar nuestra independencia debemos realizar una autocrítica y verificar las razones por las qué el proceso salió mal. Podríamos empezar por la dificultad al tratar de realizar la integración latinoamericana (la "Patria Grande"): sin integración comercial no es posible la integración política, razón por la cual la CAN y el Mercosur actualmente no sirven para nada y el UNASUR va por el mismo camino. ¿Qué esperanzas tenemos con los políticos actuales?, al parecer ninguno cede en sus pretensiones de proteger a sus grupos de presión locales.

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