El desastre griego y próximamente español, portugués, italiano son muestra de los horrores que produce el estatismo cuando se le aprieta el acelerador. Déficits gigantes, deudas impagables y una presión fiscal insoportable, todo sea para mantener a esos seres improductivos, los burócratas y la gran ficción de creer que se puede vivir a costa del resto indefinidamente.
Ya nos advertía Juan Montalvo que los izquierdosos no tardaron en salir a culpar del desastre griego al capitalismo, al parecer aún cuando el 70% de la economía de un país está en manos del estado y su presidente es socialista todavía se le puede achacar de sus males al capitalismo neoliberal.
Pero vamos que Grecia es el paraíso de todo progre, muchos burócratas y poca productividad. Supuestamente el gasto público es tan alto que según estándares keynesianos debió haber llevado a ese país directo a ser la primera potencia mundial.
Ahora los señoritos burócratas salen a incendiar las calles, con una mujer embarazada muerta de por medio, para evitar reducciones en sus fastuosas prebendas.
Deberían estar tranquilos, los años de vivir del prójimo están lejos de acabar gracias al rescate de la UE y el FMI. Estas entidades burocráticas sentaron un lastimoso precedente que solo acelerará la caída al estilo dominó del resto de economías prebendarías para reclamar ser rescatadas mediante inflación al poner a funcionar la maquina de imprimir billetes. Una vez más los políticos, como en todas las latitudes, muestran una vez más su ignorancia económica y obviamente la de sus electores.
Lecturas recomendadas:
Grecia y España: el enésimo fracaso keynesiano
GRECIA O EL ENFERMO QUE NO QUIERE CURARSE
Idiotas redomados con título "nobeliario", insisten en decir que la culpa de la debacle griega es del mercado libre.
ResponderEliminarEl delirante Joseph Stiglitz, culpable, en gran manera, del desastre inmobiliario americano (recordemos que fue asesor de Clinton cuando éste insistió en retomar una mala idea de Carter y repotenciar Fanny y Freddie como garantes de última instancia), justifica la quiebra griega diciendo que su déficit surge por el rescate a los bancos (???). Este adiposos estatista borra de un plumazo la historia del endeudamiento público griego y considera los eventos recientes de los rescates financieros (¿Quien les dijo que rescaten a nadie?) son los culpables de su deuda. IGNORANTE CARETUCO.
Stiglitz un estatista si los hay, pero el peor es Krugman, cheerleader intervencionista por excelencia. Llega un punto que oír a estos Nobeles da vómito de tanta ignorancia. En una columna reciente indicó que es ejemplo de liberalismo las leyes estatistas de los republicanos para evitar que las petroleras paguen por los daños ambientales, cuando un liberal exigiría mínimo el 100%. Un payaso realmente.
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