domingo, 13 de junio de 2010

Keynes y Sus Sin Sentidos

Posiblemente el economista del siglo pasado que mayor daño haya hecho es John Maynard Keynes. Su influencia nefasta sobre las políticas económicas a partir de la Gran Depresión puede resumirse en el desbocado gasto público con la subsecuente perdida de valor adquisitivo de la moneda (inflación) y la condena a pagar impuestos draconianos para las futuras generaciones debido a las abultadas deudas soberanas de todos los estados de bienestar. Todo con la excusa de mantener la demanda agregada.

El keynesianismo podría resumirse como un refrito de ideas viejas como la inflación y el mercantilismo y la supuesta refutación de otras como la Ley de Say. Ya lo decía Mises: “La mayor contribución de Lord Keynes no consistió en desarrollar nuevas ideas, sino en ‘escapar de las viejas’”

Cuando se presenta una crisis como la actual, los keynesianos tienen listas sus recetas: Inflar la oferta monetaria y expandir el crédito para elevar el consumo. Para lograr esto  se puede contratar a las personas inactivas para cavar huecos y volverlos a tapar o ingresar a  un conflicto mundial para salir de la depresión mediante el gasto bélico. La causa de la crisis es muy simple para los keynesianos, los “espíritus animales” de los empresarios, algo así como una locura generalizada que los obliga a dejar de invertir sin mayores explicaciones. Si sus recetas fallan alegarán que no se gasto lo suficiente y pare de contar.

Keynes solo dio teoría económica al deseo de los políticos por mas poder por eso lo adoran en los círculos estatistas de todo el mundo. El provee el justificativo perfecto para el intervencionismo estatal o en otras palabras el fascismo económico. El mismo lo puso de manifiesto en el prólogo a la edición alemana de su más famosa obra “Teoría General del empleo, el interés y el dinero” , en 1936, en plena época nazi:

“La teoría de la producción global, que es la meta del presente libro, puede aplicarse mucho más fácilmente a las condiciones de un Estado totalitario que la producción y distribución de un determinado volumen de bienes obtenido en condiciones de libre concurrencia y un grado considerable de laissez-faire”.

Les dejo con dos videos interesantes sobre los sin sentidos de Keynes, el primero el famosísimo rap del debate de Keynes vs. Hayek sobre la crisis crediticia:

El segundo es la refutación por el profesor Huerta de Soto de la “Paradoja del Ahorro” keynesiana. Aquella que indica que el ahorro es perverso para la sociedad y que el gasto público es lo máximo:

Adicionalmente adjunto varios enlaces a artículos en contra de Keynes que pueden servir para obtener una visión general sobre las políticas contra sentido común que recetaba este señor:

Keynes y su herencia

Keynes era keynesiano

Ilusiones de la época de Keynes

Lord Keynes y la Ley de Say

El mito de Keynes

La refutación de Keynes

Hazlitt y el fracaso de la economía keynesiana

El colapso de la macroeconomía... y de Keynes

La inmensa influencia del desastre llamado Keynes

2 comentarios:

  1. ¡Escritor de hace ciento veinte años describe a Correa con pelos y señas!

    La excelente “Relación de un veterano de la independencia”, de Carlos Tobar (publicada originalmente en 1891), en la pág. 106 de la reciente edición de la Casa de la Cultura (ésas que se vendían a $1 hace unos años, durante la campaña de lectura Eugenio Espejo, y que todo el mundo compró), habla de Rafarc Correa, su círculo rosa, y sus amiguitos Chávez y Ahmadinejad, y cómo nos estamos convirtiendo en sirvientes de Cuba y Venezuela. Pone:

    “Cuántas ocasiones al ser testigo de cómo colocamos en los puestos elevados a hombres que no poseen sino el mérito de lo desconocido, cuando no las propiedades de sus defectos; a esos cínicos de la política, que ni siquiera ocultan la avidez ansiosa de apoderarse de la patria para saciar un hambre canina de despotismo; al ver cómo no exigimos de quien ha de gobernarnos ni los buenos antecedentes, ni los conocimientos indispensables para la ardua tarea de regir a un pueblo, pues, ¡inconsecuencia incomprensible!, averiguamos la conducta de un criado como garantía para recibirlo a nuestro servicio, y nada inquirimos para entregar los destinos de la nación a patriotas problemáticos …

    ”Cuántas al mirar a aquellos gobernantes egoístas, criminales, que sacrifican los bienes, el honor de la patria, por un poco de fútil humo de lisonja, producido en el incensario de una vil adulación.

    ”Cuántas al contemplar el cobarde móvil de temor a la hez de la sociedad, que dirige la conducta de quienes deberían seguir siempre el camino de la rectitud …

    ”Cuántas veces al ver a los tahúres de la política hinchados sobre el tapete desgarrado de la patria, temblorosos, anhelantes, lívidos, crispados los músculos, espumajosos los labios, el alma sacudida violentamente por una iracunda esperanza o por un terror preñado de venganzas, al verles, digo, inquirir los dados falsos que saltan del cubilete de las urnas y que van a darles o quitarles un predominio o una renta o un empleo, que los hombres dignos no quisieran aceptar a trueque del rencor, del insulto, del odio, de la calumnia, de la envidia que, cual montoncillo de monedas, cada uno de la turba de los jugadores pone junto a sí en la mesa de la infamia.

    (cont.)

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  2. (cont. del coment. anterior)

    ”Cuántas al presenciar cómo la desapoderada ambición empapa en sangre los campos, los caminos, las ciudades... ¿Y todo para qué? Para caer en poder de hombres ineptos, de intrigantes perversos, de troneras irreflexivos, de ambiciosos sin conciencia. Para recorrer incesamente el viacrucis del abatimiento, del retroceso, de la miseria, del descrédito, del desprecio acaso de las demás naciones del globo. Para con nuestras barbaries estar invitando a éstas que nos reconquisten. Para ir de la opresión al libertinaje, del despotismo a la demagogia, de la degradación del imbécil al azote del tirano, convertida la República en propiedad del odiador del trabajo, en tema del monomaniático de grandezas, en feudo ligio del descaro, en botín de los salteadores de solios, en patrimonio de los insolentes, en legado de pícaros, en mercadería de ladrones, en palestra libre de agitadores, de trastornadores sin ley, sin Dios, sin alma.

    ”Cuántas al reflexionar que antes los reyes no desdeñaban el arado, mientras que hoy ocupan los empleos los que, pretendiendo exceptuarse de las leyes de la humanidad, quieren vivir sin hacer nada. Al reflexionar en que los incapaces para gobernar su casa se empeñan en gobernar los pueblos, los que no pueden conservar su hacienda se esfuerzan en apoderarse de la pública”.

    ¡Pareciera que don Carlos se refiriera directamente al presidente Rafarc “Narciso” Correa! Presidente ególatra y cobarde que empieza a rehuir el contacto con el pueblo para evitar que lo pifien... Por eso no participó, como era su obligación, de las fiestas del 24 de mayo, prefiriendo irse a “pasar el feriado” a Argentina, en avión privado y con chef belga y todo, con nuestra plata por supuesto.

    Describe también al círculo rosa que lo rodea y la Senplades, tan ambiciosos e inescrupulosos como incapaces de aportar algo de valor al país. Allí está Patiño, pieza clave de la robolución según Correa, pero hasta ahora no se sabe para qué mismo sirve.

    Don Carlos, luego de pintarnos tan vívidamente el espectáculo que cada sábado durante los insoportables monólogos estamos obligados a sufrir, viendo al hidrofóbico presidente que nos ha tocado aguantar, desesperado por copar todo espacio de poder; don Carlos reprobaría que, ciento veinte años después de la publicación de su libro, cada palabra de su crítica sea aplicable...

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