¿De que autonomía hablan si las universidades deben ceñirse al “Plan Nacional de Desarrollo? Un invento de los trasnochados del comunismo para cumplir sus sueños de planificar una sociedad. ¿Es posible jugar con los estudiantes ecuatorianos como fichas de ajedrez?
¿Quién debe validar la calidad de los profesionales, las empresas que los contratan o los burócratas del Senplades? Según estos genios el prestigio ganado con los años no es válido. Sin desmerecer a nadie se sabe que las mejores empresas buscan personal solo de ciertas universidades y de otras que ni el nombre es de fácil recordación se los descarta.
¿A quién le importa si e rector de la universidad no es un Phd? Con el ejemplo de Corrrea sabemos que no bastan los títulos para certificar conocimientos de una profesión. Lo mismo aplica para los profesores, la experiencia si puede estar sobre cualquier título académico
¿No es incoherente quejarse del pequeño número de ecuatorianos que logran llegar la universidad y al mismo tiempo quejarse de la proliferación de universidades privadas? A menor número de universidades me parece que habrá menor número de opciones para los estudiantes y por lo tanto menos personas estudiando.
¿A quién le sirve tener una educación del primer mundo si el ambiente laboral es del tercer mundo? La Ley parece pensada para graduar a potenciales burócratas y no empleados privados. En días recientes dos estudios muestran a Ecuador como un lugar poco amistoso para los negocios y poco competitivo. ¿De que me sirve tener un título universitario si no voy a encontrar trabajo?
Mi propuesta: Dejar que la competencia haga su trabajo, al tener libertar de abrir universidades sin injerencia estatal habrá mayores opciones para los estudiantes. Se deben eliminar los subsidios a las universidades para que estas tengan que buscar su propio financiamiento ya se mediante las matrículas de los estudiantes o por donaciones particulares.
¿Que pasa con los pobres? En una sociedad libre siempre existirán instituciones que ofrezcan becas y créditos ventajosos a personas que no pueden pagar la colegiatura y que tengan el deseo de ser profesionales.
Las universidades al tener el prestigio y su continuidad en juego no les quedará más remedio que ofrecer mayor calidad de educación en sus aulas. La sociedad sabrá juzgar cuales valen la pena y cuales no sin tener que pagar a un ejército de burócratas para el efecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario