viernes, 13 de marzo de 2009

Capitalismo Salvaje


Hay quienes aseguran que la crisis actual representa el fin del capitalismo salvaje. Aunque no explican con claridad en qué consiste dicho espécimen, parece que se trata de un sistema en el que las empresas hacen lo que quieren sin ningún tipo de control, el Estado está reducido a su mínima expresión, y los menos afortunados son cruelmente abandonados a su suerte. Y por razones que no entiendo muy bien, se afirma que ese es el capitalismo de Estados Unidos.

Mi posición es que así como Keynes es el resucitado que nunca murió, el capitalismo salvaje es el muerto que nunca vivió.

Comencemos con las empresas que operan sin Dios ni ley, sin controles, normas, impuestos y demás. Resulta que, entre los países de la OCDE, Estados Unidos, con una tasa corporativa de impuesto de 39.25% sólo es superado por Japón con 39.54%. El promedio de la OCDE en 2007 fue 27.6%, con clara tendencia a la baja. Mal comienzo para los salvajes.

La tasa promedio de ganancia de largo plazo del conjunto de todos los sectores económicos de EU es de 7.3% de las ventas. No es despreciable, pero nada tiene de salvaje.

Vamos a las regulaciones, esas que apenas existen. Solamente las federales costaron a las empresas 1.16 trillones de dólares en 2007. Para las grandes, el costo fue de 5,300 dólares anuales por empleado, y para las pequeñas 7,600 por empleado. El costo regulatorio casi equivale al de las ganancias brutas de todas las compañías en 2005, que fue de 1.3 trillones.

El gobierno federal tiene un cuarto de millón de funcionarios dedicados a idear y hacer cumplir regulaciones. En 2004, el gobierno creó 78 mil páginas de nuevas reglas. El presupuesto federal para este tipo de actividades fue de 41 billones en 2006. Entre 2000 y 2006 creció 46% después del ajuste por inflación. Y hay quienes llaman a esto desregulación. Salvaje, por supuesto.

Lo anterior se refiere a las regulaciones federales. Si añadimos las estatales y las locales, la cosa se complica enormemente.

En cuanto a las leyes recientes, destaca la Sarbanes-Oxley, aprobada a raíz del desastre de Enron. La mayor parte de sus efectos son francamente negativos. Sólo señalaré uno de ellos. Resulta que cierta cantidad de ejecutivos han sido procesados y condenados, no por alterar libros o estafar, sino por anunciar de buena fe estimados que no se cumplieron. ¿Estarían los miembros del Ejecutivo y del Legislativo dispuestos a que se les aplicase la misma ley?

Pasemos al Estado que, según nos dicen, ha sido reducido a su mínima expresión o está a punto de extinguirse.

Me llama la atención que hay nada menos que 35 mil lobistas registrados en Washington, que se gastan 2,100 millones anuales. ¿Para qué quieren influir sobre el legislativo y el ejecutivo si estos no pintan nada? ¿Por qué no tratan de influir sobre los verdaderos dueños del país como Exxon, Microsoft, Wal-Mart, JP Morgan Chase y demás? Misterios insondables, aunque quizás no tanto.

Con un presupuesto federal de tres trillones anuales, las oportunidades de sacar tajada son casi ilimitadas. Por ejemplo, las compañías dedicadas a la generación alternativa de energía llevan más de treinta años cobrando jugosos subsidios, pero sólo producen el 1% de la electricidad del país.

El 30% de las tierras del país son propiedad federal y un 10% adicional de propiedad estatal. Incluso hay varios estados en los que el gobierno federal tiene la mayoría de las tierras. Por ejemplo, el 86% de Nevada, el 68% de Alaska, el 64% de Utah, el 63% de Idaho, y el 61% de California. Nada mal para un Estado en vías de extinción.

Ya que hablamos de tierras, conviene notar que, según la Endangered Species Act, el gobierno puede tomar una propiedad sin pagar al dueño compensación alguna.

Veamos ahora cómo les va a los pobres en esta temible jungla. ¿Cuán pobres son los pobres en EU? Parece que no tanto. El 43% de las familias pobres son propietarias de su vivienda, con tres habitaciones, dos baños, garage y patio. Estas viviendas son mucho más amplias que las de quienes no son pobres en Europa.

El 80% de las familias pobres tienen aire acondicionado. El 75% tienen al menos un auto, y el 31% dos o más. El 62% tienen televisión por cable o satélite.

El gasto federal por cabeza para los beneficiarios del welfare es de unos 15 mil dólares anuales, o 60 mil para una familia de cuatro. Como el gobierno es tan eficiente, casi el 75% se va en burocracia y procedimientos de los casi cien programas existentes.

¿Es esto capitalismo salvaje o estatismo salvaje? ¿Será que el estatismo no puede ser salvaje por definición? Tendré que consultar a Krugman.

1 comentario:

  1. Por casualidad caí en este blog y me gustó mucho este post, es muy interesante!!!

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