* Dice el famoso economista Thomas Sowell: “La realidad no es optativa”. Obviamente, ello no tendría sentido si no fuese porque personas actúan y argumentan como si realmente pudiésemos ignorar o soslayar la realidad, confiados en que si somos “buenos”, los resultados de nuestros actos también serán buenos. Veamos algunos ejemplos de la realidad.
* Las leyes de control de armas solo las obedecen quienes respetan las leyes. Los criminales, por definición, no respetan las leyes. Las maras, felices de que el Congreso desarme a sus víctimas. Esas leyes deben llamarse por el nombre de su efecto, “Ley de Fomento del Crimen”.
* El salario mínimo solo prohíbe pagar menos de la cantidad determinada por ley. No obliga a nadie a pagarlo si no le trae cuenta, y eso causa desempleo de los más pobres. Esa ley debe llamarse “Ley para Bajar Salarios”. La realidad no es optativa.
* Los gobiernos, el FMI, el Banco Mundial y los obispos, ante la crisis de los altos precios de los alimentos, hacen un llamado. Los llamados no producen alimentos, pero los hace sentirse bien.
* Cuando el Gobierno es eficaz en proteger derechos individuales, el único camino para hacer fortuna es enriqueciendo a los demás. Cuando uno quiere algo, como un reloj, una mesa, comida, ropa, o cualquier cosa, no la produce directamente: produce algo que la gente desea, para intercambiarlo por dinero, que a su vez usa para comprar lo que quiere. En esa forma indirecta se intercambia lo que unos producen por lo que otros producen, y todos ganan. El dinero solamente se adquiere compitiendo por enriquecer a los demás, porque nadie compra —paga— a quien no lo enriquece.
* Estupidez es ponerle altos impuestos al motor del desarrollo: el rendimiento a las inversiones. Quienes así lo hacen no tienen derecho a quejarse de la pobreza. El ISR (IR) debería llamarse “Impuesto al Rendimiento del Capital”, o “Impuesto a la Creación de Empleo”.
* El Gobierno es el aparato a través del cual unos tratan de vivir a costillas de los demás. (Bastiat)
* La vida de campesino siempre ha sido de arduo trabajo y privaciones de alimentos, de mala salud, pobre educación, carente de comodidades, etcétera, y no como algunos la pintan románticamente. Los salarios del campo sólo los puja para arriba la demanda de trabajo en la industria. Ello obligó, en EE. UU., a agricultores a invertir en maquinaria —capital; por ejemplo, tractores—, para aumentar la productividad de los cada vez menos campesinos. La población agrícola de EE. UU. bajó del 60 por ciento al 3 por ciento, en el siglo pasado. La inversión de capital es el secreto de los aumentos salariales.
* Puede haber gobierno totalitario comunista —China— con economía de mercado capitalista —democracia económica—. También puede haber gobierno democrático con economía neosocialista, llamada mercantilismo —América Latina—. La combinación más feliz es democracia política y democracia económica —capitalismo—.
* Sólo el capitalismo ha reducido la pobreza. El respeto a la vida y a las pertenencias adquiridas legítimamente —propiedad privada— es la esencia de la libertad limitada por los iguales derechos de los demás. El temor a la libertad es porque, a pesar de ejercerla y disfrutarla todos los días en el mercado de alimentos, no vemos ni apreciamos su ordenamiento espontáneo y enriquecedor. No producirá igualdad de riqueza, pero enriquece a todos. (Ver China).
* El orden económico libre, regido por los iguales derechos individuales, y no por imposición coercitiva y legalizada del Gobierno, se llama mercado. Lo bautizó Carlos Marx como capitalismo.
Buenísimo. Y ésta es una de las verdades más claras que he visto últimamente: "El Gobierno es el aparato a través del cual unos tratan de vivir a costillas de los demás. (Bastiat)
ResponderEliminarBastiat es un genio. La frase resume todo lo que es un Estado, la peor desgracia de la humanidad. El saqueo institucionalizado.
ResponderEliminar