domingo, 30 de enero de 2011

Neo-mercantilismo Criollo

Usando eufemismos como “sustitución de importaciones”, “desarrollo endógeno”, “apoyo a la industria nacional” el gobierno ecuatoriano esta reactivando el viejo mercantilismo, que no es más que beneficiar a sus amigotes y compinches "empresarios" disfrazándolo de "bien común" en perjuicio de consumidores y otros empresarios no alineados al régimen.

El sinsentido de medir la balanza comercial

Justifican sus medidas proteccionistas utilizando las balanzas comerciales deficitarias que el Ecuador tiene con varios países. El concepto de balanza comercial es un sinsentido que pocos se atreven a cuestionar. En el largo plazo las exportaciones tenderán a equipararse con las importaciones. Utilicemos una analogía, yo tengo una balanza deficitaria con el supermercado de mi barrio, le compro todas las semanas y ellos no me compran absolutamente nada. De seguro todos los comercios, restaurantes y gasolineras tienen una balanza superavitaria conmigo.

Yo solamente tengo una balanza comercial favorable con mi empleador, el compra mis servicios profesionales y yo no le compro nada. En el largo plazo las balanzas que mantengo de seguro seguirán en el mismo estatus pero vale aclarar que mi balanza comercial favorable comparada con la suma de las que me son deficitarias serán casi iguales en valor absoluto. No podre comprarles más de lo que gano. Esto aplica a nivel de país, no podré importar más de lo que exporto, por lo tanto al desincentivar las importaciones casi siempre reduce las exportaciones.

 

Vale la pena unas aclaraciones adicionales con respecto al tema de las importaciones:

- Los países no comercian entre sí, son los individuos los que comercian. El Ecuador no le compra a Japón autos, son ciertos ecuatorianos que prefieren un auto japonés pagado con su propia plata.

- Teniendo en cuenta lo anterior, no existe razón alguna para que el Estado te impida a ti como individuo comprar la marca que prefieres, mucho menos si es tu plata y supuestamente te pertenece y la puedes disponer libremente.

- Sumar todos los gastos de los ecuatorianos en empresas japonesas y luego la de los japoneses en empresas ecuatorianas y restarlos para ver si existe superávit o déficit comercial es un sinsentido. Esos gastos son privados y no públicos y no tienen ninguna relación entre ellos.

- Obviamente el interés para impedirte elegir libremente solo podría venir de un "empresario" interesado en su propio lucro. Este hará lobby para lograr que el Estado le favorezca con aranceles, cuotas y demás coacciones conocidas para impedir la libre elección de los consumidores.

- Cuando el empresario gracias al político haya logrado su fin de impedirte elegir libremente, ambos dirán que lo hacen por el "bien común". El "empresario" nacional al tener el mercado cautivo empeorará la calidad de sus productos y establecerá el mayor precio posible. No tiene incentivos para hacer lo contrario.

- El "empresario" creerá con el tiempo que es su sagacidad y no la mano pesada del Estado la que lo esta haciendo lucrar, se embarcará en expansiones de su industria contratando más empleados y comprando equipos. Luego permanentemente tendrá que hacer lobby para que no levanten las restricciones aduciendo que da empleo a muchos ecuatorianos.

- El consumidor ecuatoriano a diferencia del empresario y posiblemente sus empleados será mucho más pobre pues estará obligado a comprar solo lo que le dejen así esto sea mas caro y de menor calidad.

Por último si fuera coherente medir balanzas comerciales se lo debería también medir entre provincias y ciudades. Tamaña sorpresa se llevarían al medir la balanza comercial entre Quito e Ibarra o Guayaquil y Salcedo. ¿Acaso esto justificaría establecer aduanas internas? 

El problema del gobierno pasa por no entender la Ley de Asociación de Ricardo enunciada hace 200 años. Los individuos se deben especializar en aquello en lo que tienen ventajas absolutas o ventajas comparativas. De ninguna manera los ecuatorianos podrán competir en un mercado libre en zapatos con China o en autos con Japón, salvo que busquen el apoyo del Estado para perjudicar al consumidor y favorecer al “empresario” como ya he señalado en ocasiones anteriores.

Debate con la Ministra Cely

A continuación reproduzco un extracto del intercambio de ideas con la Ministra Cely llevado a cabo en la web del MCPEC, una muestra de la arrogancia que caracteriza a los políticos y burócratas que creen que pueden dirigir algo tan complicado como la economía de un país desde sus escritorios:

Cely: " Esta teoría en su modelo asume que hay competencia e información perfecta, lo que empíricamente se ha probado que no se cumple. "

Respuesta: Incorrecto, mi posición es la de la escuela austriaca, la misma que indica que es imposible tener toda la información, peor tener la información "perfecta". Teniendo en cuenta esto aún más se justifica la no intervención del Estado en la economía. Si la información esta tan dispersa entre millones de individuos que intercambian productos en los mercados día a día, ¿como es que unos cuantos burócratas pueden sintetizar toda esta información y generar políticas para el dichoso bien común?

Cely: "Mi opinión es que en el mundo real no hay "libre comercio como lo señalan los modelos Ricardianos", es decir de "texto"

Respuesta: Correcto, siempre ha existido el "empresario" mercantilista que usa al poder político para lucrar a costa del consumidor interno.

Cely: "y si usted revisa la historia de los países desarrollados y los de reciente desarrollo (tigres asiáticos, Brasil, México, India, China, entre otros), todos ellos han usado su política comercial para en ciertos periodos "proteger " el crecimiento de ciertos sectores"

Respuesta: Si esos países optaron por lastimar y seguir lastimando a sus consumidores es su problema. El tema no es proteger a la industria sino ser competitivo, no es favorecer a un sector de la clase empresarial perjudicando a los consumidores y a otros sectores no protegidos. Mi punto de vista sobre la industria protegida lo puede ver acá. ¿Como le indica al ecuatoriano que debe comprar obligado unos zapatos ambateño, solo por poner un ejemplo, a un mayor precio y posiblemente menor calidad que un zapato chino que es por el beneficio general de toda la población? Que manera tan sui generis de ayudar al pobre haciéndole pagar más por bienes de primera necesidad. Esto aplica en todos los países, por eso la protección de los agricultores europeos se traduce en precios astronómicos de la comida para el francés, alemán y español de a pie.

Cely: "En nuestro país, carente de política monetaria, las cosas son más aún complejas, y la tarea pasa por fomentar nuestras exportaciones en las que tenemos ventajas comparativas reveladas, trabajar en aquellos sectores con potencialidades y en los que han existido fallas de mercado o de gobierno"

Repuesta: Política monetario que no es más que devaluar la moneda para favorecer a los exportadores en el corto plazo, perjudicando a la totalidad de la población incluidos los propios exportadores que en el largo plazo tendrán que producir más para poder hacerse de insumos importados a mayores precios. Un sinsentido completo y que gracias a la dolarización no se puede aplicar directamente en el Ecuador, pero si indirectamente gracias a la constante depreciación del dólar gestionada por la FED.

Cely: "Para nada se intenta centralizar las decisiones de los actores empresariales o de los ciudadanos en el gobierno, tanto los ciudadanos y los empresarios cuentan con la libertad de hacerlo, sino contribuir con políticas e incentivos para desarrollar esos sectores en que existen ventajas comparativas latentes y que requieren de apoyo para que se revelen"

Respuesta: Obviamente sería un sinsentido aplicar la autarquía y suponer que se puede ayudar a todos los sectores. Los incentivos y restricciones al consumidor solo se pueden aplicar a algunos sectores e incluso empresas, posiblemente los que tengan buenas conexiones con los burócratas y políticos de AP.

Cely: El que se utilice medidas arancelarias para proteger "temporalmente" un sector, es válido solo para dos casos de nuestra estrategia: calzados y textiles, los que si tienen potencialidad para poder exportar."

Respuesta: ¿Exportar? Si tuvieran verdadero potencial exportador no necesitarían de protección. Es un absurdo, el consumidor exigiría el producto haciendo rentable a la empresa.

Cely: "Nuestra apuesta no es la de un estado centralizador de las decisiones, y peor aún de las individuales, pero si un estado que fomente la competitividad sistémica, como de hecho lo hemos hecho con inversión en infraestructura, reducción de costos de tramitología en aduana, entre otros y que contribuya al desarrollo productivo"

Respuesta: Reducir la pesada carga estatal a las empresas SI que es una buena medida para incrementar la producción sin perjudicar al consumidor y favorecer al "empresario" se le felicita por este acierto.

Cely: "Todo esto sin dejar utilizar la política productiva para reducir la inequidad en el país."

Respuesta: Paradójico, como se puede decir que se va a reducir la inequidad en el país repartiendo privilegios a empresarios para aprovecharse al máximo del consumidor ecuatoriano, sobretodo al más pobre que es el que no puede viajar como los pelucones y traer toda la ropa, zapatos, etc de afuera a precios razonables. Brasil un país proteccionista por excelencia muestra el peor índice de Gini de la región.

Cely: "Finalmente, así como hay fallas de mercado, hay fallas de gobierno, cuando las decisiones no son transparentes y son capturados por grupos de poder. En ese sentido, hacemos nuestros esfuerzos porque todos las decisiones sean públicas, se comuniquen los planes de mejora competitiva y sus indicadores, para que exista la disciplina "a la asiática" de abandonar apuestas que no cumplan con las mejoras productivas y de exportación que se deben establecer. Creo en la cooperación pública-privada para establecer estos planes de mejora competitiva, pero no en la rentista sectorial, sino pensando en el bienestar común y siempre con absoluta transparencia."

Respuesta: Otra vez la paradoja, los gobiernos anteriores otorgaban privilegios a sectores o empresas especificas, lo mismo que Uds. A los anteriores los llaman "grupos de poder", ¿como llamamos a los suyos? Difícilmente exista transparencia cuando es un burócrata o un político el que escoge ganadores y perdedores en vez del consumidor. El empresario que querrá mantener el negocio deberá abogar con coimas de todo tipo al señor del cual depende si sigue o no en el negocio.

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Para ahondar más sobre este tema, siempre controversial, les recomiendo el artículo de Walter Block defendiendo al “malicioso” importador: Parte 1, Parte 2 y Parte 3.

martes, 18 de enero de 2011

Marx, Cerveza y Empleo en Ecuador

Era un 12 de diciembre de 2010, en plena final de fútbol ecuatoriano. Liga Deportiva Universitaria acababa de proclamarse campeón del fútbol ecuatoriano. Solo faltaba cerveza para festejar. Lastimosamente, algunos hinchas no encontraron con qué satisfacer su sed, las tiendas estaban desabastecidas de la popular Pilsener. Una jueza decidió que la mayor cervecería ecuatoriana cierre sus operaciones por varios  días  hasta que cancele cerca de 90 millones de dólares en utilidades que debía a casi1000 ex-empleados.marx y biela

La sentencia, por un lado, reafirmó la mentalidad anti-empresa imperante en el país, y, por otro, puso en evidencia el mito popular del supuesto “neoliberalismo” imperante en décadas pasadas.

La medida en cuestión beneficia con la repartición del 15% de las utilidades generadas cada año por la empresa a sus empleados.

La norma que establece el “reparto de utilidades” es muy beneficiosa para las finanzas familiares de los empleados que reciben su porcentaje.

La vocación  marxista de dicha norma es clara: se debe devolver al empleado la “plusvalía” que el empresario le extrae al contratarlo.

Si fuésemos coherentes, la repartición de utilidades a los empleados se la debería considerar como parte del impuesto a la renta que pagan las empresas, porque significa de un pago impuesto por el Estado en atención a su nivel de renta. Lo único que cambia es el  destinatario: en vez del fisco, el  dinero pasa a manos del trabajador. Por tanto, en el caso especifico del Ecuador, deberíamos hablar entonces de un impuesto a la renta del 40%, y no de uno del 25%.

En este punto podemos analizar brevemente cómo las intervenciones estatales en el mercado laboral perjudican a la larga a los que quieren beneficiar: los empleados.

¿Por qué un mayor impuesto a la renta deriva en menores salarios?

Los salarios aumentan a medida que crece la tasa de capitalización (inversiones en bienes de capital), esto quiere decir que mientras más y mejores herramientas posea una empresa para su producción ésta podrá pagar mejores salarios debido a que cada empleado producirá más en menor tiempo. Por eso es que un trabajador automotriz  en EEUU gana muchísimo más que uno en Ecuador, porque seguramente su fábrica estará casi por completo robotizada.

La tasa de capitalización se incrementa invirtiendo las utilidades generadas con anterioridad. Y al reducir el monto de estas simplemente se está condenando a los empleados a tener un menor nivel de productividad y por ende a un salario menor. Si en verdad se quisiera aumentar y mejorar el empleo, entonces se debería dar todas las facilidades a los capitalistas para retener sus ganancias que posteriormente serán invertidas, antes que imponer trabas e imposiciones que solo pueden generar desempleo y bajos salarios.

Wladimir Kraus en su artículo, ¿Quién explota a quién?, lo describe de la siguiente manera:

El gasto productivo de los empresarios y capitalistas en la forma de pago de salarios y compras de bienes de capital no sólo crea una clase distinta de asalariados, sino también al mismo tiempo generan las condiciones necesarias para una mayor productividad física de un determinado número de personas dispuestos a trabajar por salarios, elevando los salarios reales.

Las instituciones del capitalismo como el sistema económico monetario y el sistema de propiedad privada permiten a aquellos individuos en una sociedad humana que son más inteligentes, productivos y prudentes que otros aplicar su propio trabajo y el de otros para la tarea de la producción por lo tanto mejorar sus propias vidas y también, y en una medida enormemente mayor, la vida de otras personas que son menos capaces.

Me gustaría concluir con una pregunta: ¿quién de hecho “explota” a quien? Los empresarios y los capitalistas explotan a los trabajadores, o los trabajadores viven básicamente de la inteligencia, la productividad, y la prudencia de los empresarios y los capitalistas?

¿Por qué las “conquistas sociales” generan desempleo?

El código laboral marxista vigente en Ecuador define claramente al empresario como enemigo del empleado y por esa razón este último debe ser protegido por el Estado. El trabajo es un derecho y se enumera varias conquistas sociales que evitan la explotación laboral, entre ellas el seguro social obligatorio, las indemnizaciones por despido, sobresueldos y prohibiciones de despido bajo circunstancias especificas.

Pongamos en claro que al trabajador se le tenderá a pagar su aporte al proceso productivo. Ergo, mientras más importante sea su aporte mayor será su paga. Es lo que se conoce en economía como la “productividad marginal”. Todas las famosas “conquistas sociales” salen de la propia producción de cada empleado, al momento que estas sobrepasen lo que el trabajador aporta a la empresa este será despedido o la diferencia tomada de la producción de otros trabajadores reduciendo así los salarios de todos.

Una de las supuestas conquistas sociales más populares es el salario mínimo, este por desconocimiento o demagogia de los políticos que lo manejan no considera la productividad marginal de cada empleado. Al elevarlo coactivamente expulsa del mercado laboral a todos aquellos cuya productividad marginal es menor al salario mínimo. Los grupos más afectados en este caso son los pobres sin conocimientos técnicos y los jóvenes recién integrados al mercado laboral.

En muchas partes, pero especialmente en el tercer mundo, se ataca al empresario como el enemigo de los empleados gracias al desconocimiento del  importante rol del empresario. Este absorbe la incertidumbre, luego pacta voluntariamente el salario con sus trabajadores (el cual como ya indiqué depende de su aporte a la producción), les paga mes a mes (muchas veces a cargo de sus ahorros previos) incluso cuando el proceso productivo aún no sea rentable o no este finalizado.

Nuevamente cito a Kraus:

Los trabajadores requieren de los capitalistas porque no pueden o no quieren esperar hasta la maduración de la totalidad del valor del producto de su trabajo en bienes de consumo. Desde esta perspectiva, la función básica de un capitalista parece ser simplemente la de un buen vendedor que comercia bienes de consumo presentes terminados a cambio de mercancías sin terminar en el futuro “. , los trabajadores sólo tienen un valor descontado, que sigue siendo supuestamente igual al valor de su producto marginal, de lo que eventualmente se convertirá en bienes presentes en valor total del mercado y los capitalistas obtendrán la diferencia de ingresos de intereses. Podemos decir, usando una expresión popular entre los economistas, que los capitalistas realizan una función de “espera” .

Analizando detenidamente se puede apreciar que los empleados son los que más necesitan de empresarios y no al revés. El marxismo sindical por años ha invertido esta verdad para beneficio de unos cuantos líderes sindicales y en detrimento de la gran mayoría de empleados.  No sorprende que casi 6 de cada 10 ecuatorianos carezca de un empleo formal, gracias a un código laboral que impide la creación de puestos de trabajo con sus innumerables “conquistas sociales”.

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